dissabte, de desembre 16, 2006

L'altra cara de la moneda: les odes a Stalin

La història d'Osip Mandelstam m'ha fet pensar de nou en l'asimetria en la indulgència. La doble vara de medir i la submissió cega al comunisme soviètic per part de molts intel·lectuals, tal i com ho denuncia Martin Amis, té innumerables exemples (per exemple, val la pena recordar la resposta de Juan Benet a les declaracions d'Aleksandr Solzhenitsin amb motiu de la seva visita a Espanya el 1976). Així, l'altra cara de la moneda del poema de Mandelstam (o del Rèquiem de Akhmàtova, o dels poemes de Kliúyev que li van costar la vida) existeix, i són les idòlatres odes a Stalin perpetrades per reputats poetes. Cerco, extracto i copio (i em limito només als hagiògrafs en llengua castellana):


Camarada Stalin,
[...]
Lenin dejó una herencia
de patria libre y ancha.
Stalin la pobló
con escuelas y harina,
imprentas y manzanas.
[...]
Stalin
construía.
Nacieron
de sus manos
cereales,
tractores,
enseñanzas,
caminos,
y él allí,
sencillo como tú y como yo,
si tú y yo consiguiéramos
ser sencillos como él.
Pero lo aprenderemos.
Su sencillez y su sabiduría,
su estructura
de bondadoso pan y de acero inflexible
nos ayuda a ser hombres cada día,
cada día nos ayuda a ser hombres.
¡Ser hombres! ¡Es ésta
la ley staliniana!
Ser comunista es difícil.
Hay que aprender a serlo.
Ser hombres comunistas es aún
más difícil,
y hay que aprender de Stalin
su intensidad serena,
su claridad concreta,
su desprecio
al oropel vacío,
a la hueca abstracción editorial.
[...]
Stalin es el mediodía,
la madurez del hombre y de los
pueblos.
En la guerra lo vieron
las ciudades quemadas
extraer del escombro
la esperanza,
refundirla de nuevo,
hacerla acero,
y atacar con sus rayos
destruyendo
la fortificación de las tinieblas.
[...]
Pablo Neruda

José Stalin ha muerto.
Padre y maestro y camarada:
quiero llorar, quiero cantar.
Que el agua clara me ilumine,
que tu alma clara me ilumine
en esta noche que te vas.
Rafael Alberti

Se nos ha muerto el padre, el camarada,
se nos ha muerto el Jefe y el Maestro,
Capitán de los pueblos, Ingeniero
de las almas sencillas, Arquitecto
del Comunismo en obras gigantescas.
Jorge Semprún

En trenes poseídos de una pasión errante
por el carbón y el hierro que los provoca y mueve,
y en tensos aeroplanos de plumaje tajante
recorro la nación del trabajo y la nieve.
De la extensión de Rusia, de sus tiernas ventanas,
sale una voz profunda de máquinas y manos,
que indica entre mujeres: Aquí están tus hermanas,
y prorrumpe entre hombres: Estos son tus hermanos.
[...]
Ah, compañero Stalin: de un pueblo de mendigos
has hecho un pueblo de hombres que sacuden la frente,
y la cárcel ahuyentan, y prodigan los trigos,
como a un inmenso esfuerzo le cabe: inmensamente.
De unos hombres que apenas a vivir se atrevían
con la boca amarrada y el sueño esclavizado:
de unos cuerpos que andaban, vacilaban, crujían,
una masa de férreo volumen has forjado.
Has forjado una especie de mineral sencillo,
que observa la conducta del metal más valioso,
perfecciona el motor, y señala el martillo,
la hélice, la salud, con un dedo orgulloso.
Polvo para los zares, los reales bandidos:
Rusia nevada de hambre, dolor y cautiverios.
Ayer sus hijos iban a la muerte vencidos,
hoy proclaman la vida y hunden los cementerios.
[...]
Miguel Hernández

Vet aquí algunes mostres d'amor per un assassí de masses, responsable de la mort de prop de vint milions d'éssers humans. Infame fins a la nàusea. Però repassem els noms dels apologetes i pensem en el prestigi que gaudeixen en l'imaginari col·lectiu... Per contra, quants coneixen Mandelstam i tots els altres, tots els que van renunciar a callar en nom de la dignitat humana, encara que els costés la vida?